Vans in the City es un trabajo de investigación que pretende poner de relieve el impacto que tiene el modo en que las empresas y las flotas transportan mercancías, junto con la forma en que los consumidores compran productos.
Se trata de un reporte desarrollado por la empresa automotriz Ford en colaboración con la agencia informativa Reuters.
La encuesta recoge las respuestas de empresas, minoristas y flotas de todo el continente para conocer los puntos débiles a los que se enfrentan.
Sobre el apartado urbano, el reporte detalla que:
- Las entregas urbanas han aumentado más de un 50% en los dos últimos años
En todo el mundo, el 14% de las compras en línea se devuelven; en Europa, el porcentaje es inferior (7%).
El 72.2% de las empresas considera que las devoluciones de ventas por Internet son una carga importante para sus operaciones.
Se estima que entre 2010 y 2019 se ha producido un aumento del 20-35% en la congestión de las ciudades, y más de la mitad -el 53%- de las empresas señalan la congestión como el problema principal para la logística.
Crecimiento de la última milla
Las principales consecuencias del crecimiento de la demanda del reparto de última milla son:
- Aumento del coste por entrega
- Mayor necesidad de invertir en tecnologías de apoyo
- Necesidad de una mejora de la reputación
Los consumidores urbanos europeos que compran habitualmente por Internet declaran que realizan más pedidos en casi todas las categorías que sus homólogos rurales.
Riesgos
En 2050, dos tercios de la población mundial vivirán en zonas urbanas, según la ONU.
Si se mantiene el crecimiento logístico actual y no se toman medidas para mitigarlo, solo en el Reino Unido, los vehículos comerciales ligeros recorrerán 1.000 millones de km más.
- Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), el número de vehículos comerciales por cada 000 habitantes en Europa (incluidos Rusia, Turquía, Reino Unido, la UE y la AELC) pasará de 69 en 2015 a 76 en 2022. En ese plazo, el parque de vehículos industriales ligeros ha crecido un 14.3%.
El parque de vehículos de reparto urbano podría crecer en casi 2 millones de unidades entre 2020 y 2026.
Consecuencias medioambientales
La necesidad de recoger mercancías después de una entrega tiene un elevado coste en términos de emisiones de carbono, ya que hace que las emisiones del recorrido inicial hayan sido inútiles.
A esto se une el hecho de que los recorridos para recoger devoluciones a menudo fracasan, lo que requiere aún más.
Las implicaciones de esta situación son aún más significativas, ya que una proporción considerable de los bienes devueltos no son aptos para la recompra, lo que provoca que cantidades masivas de productos vayan a parar a los vertederos.
Acción de los clientes
Nueve de cada diez empresas le confieren valor a los vehículos conectados: el 47% ya utiliza la conectividad de los mismos.
- El 53% de las empresas espera comprar furgonetas eléctricas en los próximos dos años. Un porcentaje mayor del que tiene la intención de compra de vehículos de combustión interna (40%).
Los operadores están muy a favor de las bicicletas eléctricas, con un 20% que planea adquirir bicicletas eléctricas y un 8.6% de motocicletas electrificadas, frente a solo un 5.7% que contempla los motores convencionales.
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El 64% de las empresas espera reducir los costes operativos como resultado de la electrificación de sus flotas.
El costo de las baterías sigue siendo un escollo para la industria automovilística, por lo que el 63.9% también espera que aumente el coste de adquisición de vehículos.
La micromovilidad importa
Los vehículos eléctricos consumen 1.5 millones de barriles de petróleo al día, de los cuales 1 millón corresponde a vehículos de dos y tres ruedas.
Las estimaciones del gobierno británico sobre las rutas urbanas ponen de manifiesto que los vehículos eléctricos producen de media alrededor de un tercio de los gases de un coche diésel o de gasolina equivalente.
Los híbridos enchufables producen un 40- 45% menos de gases de efecto invernadero.
Ciudades inteligentes
La conectividad permite ver y comprender mejor cómo se desarrollan los patrones de la logística en una ciudad, detalló la investigación.
En los vehículos, la conectividad puede ser la solución definitiva para los problemas de la logística urbana, pues ofrecen una gran cantidad de datos relacionados con el tráfico.
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Las ciudades pueden llevar a cabo intervenciones basadas en estos datos en constante evolución.
Los operadores comerciales pueden aprovechar esos datos y enviarlos directamente a sus conductores en tiempo real para realizar rutas inteligentes.
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