La logística global atraviesa un punto de inflexión. El crecimiento acelerado del e-commerce, la presión por reducir costos, la escasez de mano de obra y la necesidad de cadenas de suministro más resilientes han puesto sobre la mesa un concepto que hasta hace pocos años parecía ciencia ficción: los dark warehouses.
Estos centros de distribución operan prácticamente a oscuras, con mínima demanda energética y sin intervención humana, gracias a ecosistemas de robots, sensores y sistemas de inteligencia artificial capaces de autogestionarse.
Durante su participación en The Logistics World Summit & Expo, Karolina Pulido, CEO de G.I.EICOM, explicó cómo esta tendencia está transformando el sector y por qué México y Latinoamérica no pueden quedarse atrás en la adopción de tecnologías disruptivas.
Con ejemplos concretos, como la planta de Xiaomi en China, que produce un smartphone cada 30 segundos sin un solo trabajador en piso, Pulido mostró que el futuro ya está aquí y que la automatización total se perfila como la única vía para enfrentar la creciente complejidad logística.
Automatización contra la complejidad logística
El crecimiento de la demanda en línea y la diversidad de productos disponibles han multiplicado los retos en los centros de distribución.
Para dimensionar el escenario, Pulido recordó que en 2020 existían alrededor de 150,000 centros de distribución en el mundo y que hacia finales de este año la cifra alcanzará los 180,000. Solo en Norteamérica se concentran 25,500, impulsados en gran medida por el e-commerce.
En paralelo, el número de SKU que manejan las empresas no deja de crecer. Mientras que una compañía de retail doble A en Estados Unidos gestiona entre 60,000 y 80,000 referencias distintas, una triple A puede llegar a 140,000 SKU activos.
“A mayor número de SKU, mayor número de problemas logísticos. Así de sencillo”, señaló Pulido, para enfatizar que la automatización ya no es opcional, sino una necesidad urgente para mantener operaciones rentables y eficientes.

La especialista apuntó que los centros de distribución 4.0, correctamente tecnificados, pueden generar ahorros de hasta 30% en costos operativos y 75% en costos financieros de inventarios.
Además, la robótica avanza a paso firme: este año ya operan 4 millones de robots en 50,000 almacenes alrededor del mundo y hacia 2030 se espera que entre el 30% y 40% de los empleos actuales en almacenes sean reemplazados por máquinas inteligentes.
Mano de obra, costos y transformación cultural
Uno de los motores principales de esta transformación es el costo de la mano de obra. Según Pulido, entre el 50% y 70% de los gastos operativos de un centro de distribución corresponden a personal, lo que hace cada vez menos sostenible mantener procesos tradicionales.
A ello se suma la dificultad para atraer y retener talento en actividades repetitivas como picking, conteo de inventarios o movimientos de mercancía dentro del almacén.
“Ya no encontramos gente para esas labores, porque resultan monótonas y poco atractivas. El mercado laboral está presionando hacia la tecnificación, sí o sí, porque necesitamos cumplir con la demanda y con los tiempos de entrega”, advirtió.
En este escenario, el IoT y la inteligencia artificial se convierten en aliados clave. Los sensores interconectados permiten anticipar la demanda, ajustar rutas en tiempo real, optimizar inventarios y tomar decisiones de manera autónoma sin intervención humana.

Esta capacidad de autogestión es la que diferencia a un centro de distribución tradicional de un verdadero dark warehouse.
Dark warehouse vs. dark store
Uno de los puntos que Pulido subrayó fue la necesidad de distinguir entre los conceptos de dark warehouse y dark store, que suelen confundirse.
- Los dark stores son pequeñas instalaciones de preparación de pedidos ubicadas en zonas estratégicas de las ciudades. Su función es reducir los tiempos y costos de la última milla en el e-commerce. Están totalmente enfocadas en el canal online.
- Los dark warehouses, en cambio, son centros de distribución completos y altamente tecnificados, donde la inteligencia artificial, el machine learning y el IoT permiten operar de forma autónoma. Aquí la clave no es la ubicación, sino la capacidad de gestionar un ecosistema complejo sin necesidad de intervención humana.
La diferencia es fundamental: mientras que el dark store busca resolver la entrega final al consumidor, el dark warehouse persigue optimizar toda la operación logística desde el origen.
Beneficios y desafíos: de la eficiencia a la ciberseguridad
Los beneficios de un dark warehouse son claros: reducción de costos operativos, menor huella de carbono, eliminación de riesgos laborales, incremento en la productividad y visibilidad total de inventarios.
Tecnologías como los drones para conteo en altura o los humanoides para picking ya están en fase de aplicación en mercados como China y Estados Unidos, lo que confirma la velocidad del cambio.
No obstante, Pulido advirtió que la ciberseguridad es uno de los principales desafíos. La interconexión de miles de dispositivos inteligentes abre ventanas de vulnerabilidad que requieren una infraestructura sólida y sistemas de inteligencia artificial capaces de detectar amenazas en tiempo real.

Tecnología con propósito humano
Más allá de la eficiencia, Pulido insistió en que el propósito central de la automatización debe ser mejorar la calidad de vida y asegurar un desarrollo sustentable:
“El verdadero analfabetismo del siglo XXI es no entender ni saber manejar la digitalización. La tecnología es un medio para crear ecosistemas más prósperos, pero siempre con el ser humano como eje rector”.
dijo.
La adopción de dark warehouses en México y América Latina aún se encuentra en etapas iniciales, pero la brecha con mercados desarrollados ya no es de 15 años, como ocurría antes, sino de apenas tres a cinco.
Esto significa que la transformación está más cerca de lo que parece y que las empresas de la región deben prepararse para un futuro en el que la automatización no será una opción, sino una condición de supervivencia.