Con más de 200,000 millones de euros (mde) invertidos en México desde 1999 y un comercio bilateral que se ha cuadruplicado en 25 años, la Unión Europea (UE) se consolida como el segundo mercado de exportación y la segunda fuente de inversión extranjera directa para México. En este contexto, la modernización del Acuerdo Global entre ambas regiones representa una oportunidad histórica para transformar la cadena de suministro mexicana, diversificar mercados y fortalecer la infraestructura logística nacional.
“El nuevo acuerdo permitirá una mayor inversión mexicana en Europa y facilitará el acceso a un mercado de 450 millones de ciudadanos”, afirmó Francisco André, embajador de la UE en México, durante su participación en la conferencia organizada por Coparmex. Además, destacó que las empresas europeas generan alrededor de seis millones de empleos en México, importan tecnologías de vanguardia y promueven el desarrollo sostenible.
Oportunidades para la cadena de suministro y el comercio
La modernización del acuerdo incluye avances clave para el ecosistema logístico: eliminación de barreras no arancelarias, protección de propiedad intelectual, contratación pública, comercio digital y mejoras en la trazabilidad de materias primas. “La modernización del acuerdo es una oportunidad para las pequeñas y medianas empresas mexicanas, que podrán diversificar mercados y reducir riesgos”, subrayó André.
Estas condiciones facilitarán la importación de productos europeos, reduciendo costos logísticos y fortaleciendo las cadenas de valor en sectores como el automotriz, farmacéutico, agroindustrial y energético. Además, se abren nuevas rutas de colaboración en movilidad sostenible, hidrógeno verde, agua y saneamiento, y digitalización, todos sectores prioritarios dentro de la agenda de inversión Global Gateway de la UE.
México, por su ubicación estratégica y sus lazos históricos con Europa, puede convertirse en un hub logístico para América Latina. Por ejemplo, diversas empresas del continente buscan integrarse a cadenas de valor ya existentes en México, como las de Volkswagen o Audi.
También está el potencial del clúster tecnológico de Guadalajara, Jalisco y, al l sur del país, el Istmo de Tehuantepec se perfila como un corredor logístico estratégico. “Si se concreta, será clave para la participación de empresas europeas en transporte, ferrocarriles y tecnología de la información”, añadió Fernando Treviño, vicepresidente nacional de Coparmex. También subrayó el potencial del agro mexicano, especialmente en regiones como Chiapas, donde productos como el café ya se exportan directamente a Alemania.
La UE, por su parte, ha demostrado liderazgo en sostenibilidad. “Queremos ser líderes mundiales en la economía verde, incluyendo tecnologías bajas en carbono que generen crecimiento, empleo y prosperidad”, afirmó André. Portugal, por ejemplo, ha logrado operar días enteros solo con energía renovable, un modelo que podría replicarse en México con inversión europea.
Desafíos estructurales: energía, legalidad y burocracia
A pesar del potencial, los especialistas coincidieron en que México enfrenta retos estructurales que podrían limitar el aprovechamiento de esta alianza. La inestabilidad energética, la falta de certidumbre legal y la lentitud administrativa fueron señaladas como barreras recurrentes.
“No es posible que tardemos 45 días en constituir una empresa o un mes para obtener una cita en el SAT”, criticó Treviño. En el ámbito logístico, los cortes de energía afectan directamente la operación de plantas y centros de distribución. “Esto detiene líneas de producción y eleva los costos”, advirtió.
Además, la sobrerregulación en Europa también representa un reto para las empresas mexicanas que buscan exportar. “Hay que encontrar el equilibrio entre proteger al consumidor y no frenar la iniciativa empresarial”, comentó Frank. Sin embargo, coincidieron en que, con asesoría adecuada y aprendizaje, las pymes mexicanas pueden superar estas barreras y acceder al mercado europeo.
Un futuro promisorio
La modernización del acuerdo México-UE no solo representa una oportunidad comercial, sino una transformación estructural para la logística mexicana. Desde la atracción de inversión hasta la integración en cadenas de valor europeas, pasando por la digitalización y la sostenibilidad, esta alianza puede redefinir el papel de México en el comercio global.
“Debemos traducir nuestros valores comunes en valor”, concluyó el embajador André. “México y Europa pueden ser líderes en la economía verde, generando crecimiento, empleo y prosperidad con un uso eficiente de los recursos”.