En una conferencia marcada por la presencia de las cúpulas empresariales, sindicales y del propio gabinete laboral, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció dos acuerdos centrales para el mercado laboral mexicano: un incremento al salario mínimo para 2026 y la ruta legislativa que permitirá reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas antes de que concluya el sexenio.
Los acuerdos llegan tras meses de mesas técnicas y negociaciones a puerta abierta entre representantes del sector empresarial, sindicatos, especialistas y autoridades federales, un proceso que acumuló más de 40 mesas de trabajo y 2,000 participantes en todo el país.
Un aumento salarial con consenso tripartito
A partir del 1 de enero de 2026, el salario mínimo general tendrá un aumento de 13%, pasando de 278.80 a 315.04 pesos diarios, lo que equivale a 9,582.47 pesos mensuales. En la Zona Libre de la Frontera Norte, el alza será de 5%, llegando a 440.87 pesos diarios.
El gobierno aseguró que el incremento no presionará la inflación, al argumentar que los modelos económicos revisados por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México no muestran efectos adversos en precios.
La mandataria sostuvo que el salario mínimo, aun con los aumentos sostenidos desde 2018, “no ha generado presiones inflacionarias y sí ha recuperado poder adquisitivo perdido durante décadas”.

La ruta hacia las 40 horas: gradual, legislada y con participación de todos
El segundo anuncio fue la presentación de la iniciativa de reforma constitucional y legal que permitirá establecer la semana laboral de 40 horas para 2030.
La propuesta parte de un punto clave: la reducción será gradual, tal como lo establece el proyecto presentado por la Secretaría del Trabajo y el análisis técnico alineado al Convenio 116 de la OIT.
La transición ocurrirá así:
- 2026: entrada en vigor de la reforma y periodo de adecuación
- 2027: 46 horas semanales
- 2028: 44 horas
- 2029: 42 horas
- 2030: 40 horas
El gobierno subrayó que no habrá reducción salarial ni de prestaciones, y que por primera vez se prohibirá la realización de horas extras por parte de menores de edad.
También se incorpora la obligación de un registro electrónico de jornada para supervisar el cumplimiento de la reforma, una medida que impactará de forma directa en los sistemas de control laboral dentro de los centros de trabajo.
Impacto en sectores clave
De acuerdo con los datos expuestos en la presentación, la reducción beneficiará principalmente a trabajadores de:
- Industria manufacturera
- Comercio minorista
- Servicios de hospedaje, alimentos y bebidas
- Transportes, correos y almacenamiento
- Comercio mayorista
En total, 13.4 millones de personas trabajan actualmente más de 40 horas semanales y serían directamente favorecidas.

El secretario del Trabajo, Marath Bolaños, defendió la gradualidad como una forma de garantizar adaptación operativa y estabilidad productiva, señalando que “México no está improvisando; sigue la experiencia internacional, donde la reducción de jornada ha generado incrementos de productividad y mejoras en salud, bienestar y cohesión social”.
Un acuerdo que equilibra posiciones
El proceso no estuvo exento de tensiones. Los sindicatos presionaron desde el inicio para que la jornada de 40 horas entrara en vigor ya en 2026, mientras que varias cámaras empresariales advertían costos laborales y riesgos para micro y pequeñas empresas.
La presidenta reconoció las diferencias, pero destacó que “ningún cambio profundo en el mundo del trabajo durante la Cuarta Transformación se ha hecho sin consenso”.
Ese mismo enfoque es el que permitió, dijo, la reforma del outsourcing, el aumento histórico al salario mínimo, los cambios al sistema de pensiones y ahora la hoja de ruta para la jornada de 40 horas.
Lo que viene
La iniciativa será enviada hoy mismo al Congreso, donde deberá pasar por ambas cámaras y posteriormente por los congresos estatales para las modificaciones constitucionales.
El gobierno espera que la reforma esté aprobada y publicada en 2026, con suficiente margen para que las empresas realicen ajustes operativos, rediseñen turnos y adopten los sistemas de registro de jornada que acompañarán esta nueva etapa del mercado laboral mexicano.














