Frente a la nueva normatividad, la transformación del autoconsumo de combustibles en México no es solo una cuestión de eficiencia operativa o cumplimiento fiscal. Es una reconfiguración profunda de toda la cadena de suministro energética. Desde el productor hasta el consumidor final, pasando por distribuidores, estaciones de servicio y patios de almacenamiento, todos los actores involucrados en el abastecimiento de hidrocarburos deben adaptar sus procesos, sistemas y cultura corporativa para cumplir con las nuevas exigencias legales.
Bajo este nuevo paradigma, el proveedor de combustible deja de ser un actor periférico y se convierte en un engranaje clave de la logística inteligente.
Impacto para todos los actores del autoconsumo energético
Durante el panel “Una nueva visión para el almacenamiento de combustibles”, organizado por Edenred México, se abordó con claridad esta transformación. En este modelo, el proveedor ya no es un tercero: es parte del sistema.
“Las áreas de Compras de las empresas pueden ver todos sus patios, todos sus tanques en tiempo real, sabiendo su inventario y su predicción de consumo para evitar puntos de quiebre”, explicó Pablo Chiapetta, director general de Mobility México en Edenred. “Esa información la estamos compartiendo con algunos productores que el cliente elige, para que el productor se prepare a proveer combustible ante los puntos de quiebre”.
Este modelo colaborativo exige que los proveedores se integren a plataformas digitales, cumplan con los controles volumétricos establecidos en el Anexo 30 de la Resolución Miscelánea Fiscal 2025, y participen activamente en la trazabilidad del producto. “Ya no puede haber transacciones por fuera de la flota”, advirtió Gabriel Rosas, director de Operaciones de Verifigas. “Todo debe estar registrado, validado y reportado. Y eso incluye al proveedor”.
Pero no solo los proveedores deben transformarse. Los distribuidores también están obligados a cumplir con la normativa, especialmente si entregan combustible a usuarios sin permiso de la CRE. “Muchas empresas compran a distribuidores, y el SAT ya está recibiendo reportes de esos distribuidores”, explicó Alberto Montes, consultor de Autoconsumo en Edenred. “Entonces, si tú como empresa no reportas tu consumo, pero el distribuidor sí reporta que te entregó, el SAT va a detectar la inconsistencia”.
Llega hasta los intermediarios
Las estaciones de servicio, por su parte, también están sujetas a los mismos controles. Edenred trabaja con más de 7,000 estaciones afiliadas a su sistema Ticket Card, y muchas de ellas están adoptando las soluciones de autoconsumo para cumplir con los requisitos del SAT. “No es que solo tengan problemas los patios de autoconsumo”, apuntó Chiapetta. “Las estaciones de servicio también deben controlar sus tanques, sus despachos, sus reportes. Y nuestra solución también aplica para ellas”.
Una decisión que impacta a toda la supply chain
La decisión de digitalizar la operación de los patios de autoconsumo, por tanto, no puede ser unilateral. Debe incluir al proveedor, al distribuidor y a la estación de servicio. Todos deben estar conectados, trazados y auditables. “Si el cliente tiene una solución integral, empieza a exigirle al proveedor que también cumpla”, explicó Gabriel Rosas. “Y si el proveedor no cumple, queda fuera”.
Este enfoque sistémico es clave para cumplir con los Anexos 30, 31 y 32 de la regulación fiscal, que exigen especificaciones técnicas, verificación de cumplimiento y dictámenes de calidad del combustible. “La regulación ya no distingue entre empresas con permiso y usuarios”, recordó Yonjana Martínez, directora Jurídica de México y América Hispana de Edenred. “Si consumes más de 75,714 litros al mes, estás obligado. Y si tienes instalaciones para recibir hidrocarburos, también”.
En este nuevo entorno, la cadena de suministro energética debe operar como un sistema interconectado, transparente y eficiente.
La trazabilidad no solo permite cumplir con la normativa, sino también optimizar el uso del combustible, reducir el fraude y mejorar la competitividad. “Lo que estamos viendo es una evolución permanente”, concluyó Chiappetta. “El público se renueva, los desafíos cambian, y las soluciones también. Pero si logramos integrar a todos los actores en este ecosistema, el impacto será enorme: más eficiencia, menos riesgo fiscal y una cadena de suministro energética más transparente y sostenible”.